Rene Guénon

 

Asistimos  hace algunos  meses a una charla,  de estas que nos ofrecen los sábados a los Aprendices Masones,  de una generosidad y elocuencia tan destacada,  que aún hoy en mis horas de investigación disfruto.   La charla fue dada por el Q:. H:. Germán Rodríguez, de la Respetable Logia “Filantropía Bogotana” N.05 y versaba sobre Simbolismo y aquello que de este se tiene en la mitología y como su manifestación perenne viene a darse una y otra vez en la conducta humana.

En general, las referencias bibliográficas mencionaron el siempre destacado y conocido Carl Gustav Jung, gran exponente del Simbolismo y autor de la teoría fascinante de los arquetipos del inconsciente colectivo,  que se refleja y evidencia una y otra vez en los hechos y la naturaleza humana,   tal  como se encuentran encarnados en los siempre presentes mitos griegos.   Y sobre otros no menos conocidos y seguramente más destacados aún,  como el Q:.H:.Goethe y sus siempre presente “Fausto”,  Dante y su magistral,  esotérica  y perenne  “Divina Comedia” y Freud, de quien también se habló, aunque no ciertamente por su esoterismo.

Pero  tras palabras versadas en elocuencia y enigma,  brillaba una y otra vez el nombre de un autor,  que por diferentes razones había oído,  pero sobre el que bien poco había investigado:   Rene Guénon.

Sospeché entonces que mi ignorancia,  respecto al conocimiento de este autor, no podría mantenerse en alguien decidido a ser Masón,   no solo de nombre y, por lo demás, con aversión hacia el carácter meramente especulativo de tal condición.

Muchas horas de investigación en biblioteca y especialmente en Internet,  me han llevado a entender de quien se trata.   Rompiendo con esto en algo, y ojalá no solamente a titulo personal,  aquello que a sido llamado en contra del Q:.H:., “la conspiración del silencio”[1].  

Y a sido así,  porque resulta menos peligroso extender este velo de silencio,  que enfrentar en el campo de la polémica a un adversario de la “erudición y penetrante inteligencia de Guénon”.   Por tanto la consigna, al parecer, a sido la de no discutirlo y no citarlo o, peor aún, citarlo al unísono con autores que el mismo señaló  como los agentes de aquello que denominó “el mico de Dios”.   Lo cual es ni mas ni menos que absurdo.

Evidentemente, dentro de las razones que para tal  circunstancia debemos destacar,  está la que toda su obra constituye un clara advertencia hacia todo lo que hoy existe como pseudo iniciación,  neo espiritualismo contemporáneo y pseudo religiosidad.

Por lo que habría que destacar sus obras en contra del espiritismo, al parecer iniciado por Alen Kardec en Norteamérica,  la Teosofía de madame Blavasky y los Pseudo Rosacrusistas que se han excusado todas en algo que Elipas Levi,  Papus, y otros autores de su mismo genero, denominaron el Ocultismo[2].    Termino y practicas  muy distantes de aquello que constituye un verdadero esoterismo y a las cuales se les ha añadido siempre su origen en el hinduismo,  cuando la verdad es que se trata de asuntos mal explicados por occidentales que no han comprendido bien su existencia en Oriente.

De otra parte es sin lugar a dudas un hermano de nuestra Orden Masónica,  la que defendió y mostró,  hasta donde resulta posible y necesario hacerlo,  como una alternativa importante para el rescate de Occidente y su crisis, expuesta,  con inigualable “magis”,  en su libro “La Crisis del Mundo Moderno”.  

Pero para nosotros, los Aprendices Masones,  el  Q:.H:.. Guénon, en sus obras,  es de una riqueza magnifica,  porque, como ya se dijo anteriormente,  muestra que es y que no es esoterismo y, en realidad, es docto en dos temas,  que no pueden dejar de interesarnos:   Simbolismo e Iniciación.

Sobre Simbolismo seguramente es de lo mejor,  pero no es el único.   Es este un tema en el que hay varios y buenos autores a escoger.   Mientras que en Iniciación,  sus obras efectivamente  son únicas.   Su biógrafo Paul Charconac[3],  lo explica en los siguientes términos:

 

“Nos encontramos aquí con una obra verdaderamente única en la literatura de todos los tiempos y de todas las tradiciones.

Jamás hasta ahora, por lejos que nos remontemos en la bibliografía universal, las cuestiones relativas a la iniciación habían sido objeto de una exposición de conjunto de carácter público.

 

Hacía falta seguramente que la ignorancia relativa de este tema se hubiera vuelto muy general, incluso en el seno de las organizaciones esotéricas repartidas por el mundo occidental y hasta en ciertas partes de Oriente, para que una exposición pública de este género se volviera posible y hasta necesaria.

Recordemos aquí el adagio rabínico; “Más vale profanar la Torah que olvidarla”.

 

Sobre un punto particular pero importante, los “Aperçus sur l‘initiation” precisan la posición de Guénon sobre la Masonería, que define como la sola organización extendida por el mundo occidental, que pueda, junto con el “Compagnonnage” y la sobrevivencia de ciertos grupos esotéricos cristianos de la Edad Media,  reivindicar “un origen tradicional auténtico y una transmisión iniciática real”.

 

Del examen de los documentos que evidenciaban a Leo Taxil, conocido como el mas importante desacreditador de la Masonería[4],   Guénon llegó a concluir que existían en el mundo fuerzas dedicadas a desacreditar todo aquello que subsistía de las organizaciones tradicionales.   Aún después del discurso de abril 19 de 1897 en el que Leo Taxil confesó haber fabricado el palladisme, muchos católicos seguían convencidos del carácter luciferino de la masonería.  Aún hoy,  mas de 100 años después de estos hechos,  tal calumnia perdura,  puesto que sigue teniendo sus creyentes.    Y por supuesto que, como Taxil, esos grupos podían tener sin duda agentes tanto en la Masonería como en cualquier otro ambiente, sin que por ello se pueda tachar la Masonería de organización subversiva.

Guénon pudo darse cuenta directa y personalmente del verdadero carácter de la Masonería, que es la más importante supervivencia de las antiguas organizaciones iniciáticas del mundo occidental.   

Y pudo darse cuenta de ello,  en primera instancia, gracias a sus contactos orientales[5] de “qué separaba a la Masonería moderna de una organización iniciática completa, bajo el doble aspecto de la doctrina y del método”; comprendió los grandes desastres ocasionados por las preocupaciones y actividades políticas de un gran número de masones, lo que explicaba y justificaba hasta cierto punto, pero sólo hasta cierto punto, la existencia de una anti-masonería[6].

Desde siempre,  e incluso desde los años de France Anti-Maçonnique, adoptó una actitud de “defensor” de todas las religiones ortodoxas, consideradas como “adaptaciones” de la Tradición Primordial.  

Afirmaba y así lo ratifican siempre sus obras “Si la Religión es necesariamente sólo una, como la Verdad (es única), las religiones no pueden ser más que desviaciones de la Doctrina Primordial”.

Aunque los datos sobre su iniciación no son muy claros,  se sabe si que fue aceptado en “Logia Thebah”, dependiente de la Gran Logia de Francia, Rito Escocés Antiguo y Aceptado[7].   Su biógrafo dice que fue Masón activo hasta la guerra de 1914. Pero no por ello  dejó  de interesarse en la Masonería,  sus actividades y sus miembros.

Sin embargo Guénon advierte en la revista Etudes Traditionelles:

“La Masonería ha padecido una degeneración; el comienzo de esta degeneración es la transformación de la Masonería operativa en Masonería especulativa,  pero no podemos hablar aquí de discontinuidad; aun habiendo habido “cisma”,  la filiación no fue interrumpida por eso y continúa a pesar de todo; la incomprensión de sus adheridos y hasta de sus dirigentes no altera en nada el valor de sus ritos y ritos de los cuales ella continúa siendo depositaria”[8].

La afirmación expuesta es de una importancia mayúscula,  si se tiene en cuenta que la Iniciación,  “es esencialmente la transmisión por ritos apropiados, de una influencia espiritual destinada a permitir al ser que está actualmente en el estado humano alcanzar el estado espiritual, que diversas tradiciones designan como el “estado edénico” y elevarse después a los estados superiores del ser y, por fin, obtener lo que se puede llamar indistintamente “liberación” o “estado de Identidad Suprema”.”[9]. 

Pero, existe algo mas en la obra Guenoniana que resulta imposible dejar de mencionar:  su investigación, como siempre profunda y erudita,  dejó claro que la doctrina católica es efectivamente heredera del Orden Tradicional, y si bien  a sufrido la degeneración de sus ritos iniciaticos,  puesto que es esencialmente exotérica,   subsisten en su interior poquísimas organizaciones,  que evidentemente deben ser vistos con el respeto,  de las verdaderas tradiciones “merecedoras del nombre”.  

Simultáneamente a Guénon,  Louis Charbonneau-Lassay  (unidos por una gran amistad) explicaron este asunto[10],  que para los interesados en el tema no puede pasar desapercibido.

En conclusión, puede deducirse  que la grandeza de la Masonería no reside en la conducta y calidades de sus miembros,  quienes de una u otra forma pueden aceptarla como estimen conveniente,  sino, más bien, en un legado iniciatico,  que aprovecharán los “verdaderos masones” que a bien  tengamos el propósito de hacernos.  

Explica además que quienes no desarrollen tal condición simplemente la tendrán,  toda vez que han sido iniciados,  pero permanecerá recesiva.  

Con alguna frecuencia oímos comentar sobre la crisis humana de nuestra sociedad y con pesar también la observamos en nuestro Oriente.   El carácter recesivo de nosotros iniciados no deja igualmente de sorprendernos. 

Investigando la obra de Guénon vemos que hay aquí un poderoso argumento,  que tal vez esta en diferenciar que es Iniciación de aquello que comúnmente denominamos misticismo.    Que a primera vista incluso rechazamos,  pero del que también inconcientemente somos victimas,  tal vez por un catolicismo y un carácter educativo heredado con precisamente ese método.

Porque el misticismo implica una condición pasiva,  mientras que la Iniciación es activa y por tanto se trata de ”dos «vías» no solo distintas, sino incompatibles en si mismas”[11].  

Y es así como llegamos a la Masonería, muchas veces,  esperando ser conducidos,  adoctrinados,  de forma similar a como un profesor  comunica a sus alumnos fórmulas,  métodos y conclusiones que ellos no tendrán más que almacenar en su memoria.  Radíca aquí el verdadero peligro,  y a lo mejor explica también la proliferación de escuelas pseudo iniciaticas,  ya que “el individuo se limita a recibir simplemente lo que se le presenta, y  sin que él mismo cuente en eso para nada”;   estando por tanto <<abierto>> a cualquier tipo de influencia,  que goce de un carácter mas o menos razonable. 

 Por el contrario la Iniciación implica el desarrollo de estados interiores que,  lamentablemente para nuestra condición actual,  son incomunicables en si mismos,  puesto que  “… es al individuo a quien pertenece la iniciativa de una «realización» que perseguirá metódicamente, bajo un control (propio) riguroso e incesante, y que deberá llevarle normalmente a rebasar las posibilidades mismas del individuo como tal; es indispensable agregar que esta iniciativa no es suficiente, ya que es bien evidente que el individuo no podría rebasarse a sí mismo por sus propios medios, pero, y es esto lo que nos importa por el momento, es esa iniciativa la que constituye obligatoriamente el punto de partida de toda «realización» para el iniciado, mientras que el místico no tiene ninguna, ni siquiera para cosas que no van en modo alguno más allá del dominio de las posibilidades individuales;”

Y ese control riguroso e incesante,   resulta definitivamente importante.  Las supuestas virtudes del Palladismo promulgado por Leo Taxil,  sus predecesores (incluso mucho mas contundentes que el)  y sus no pocos seguidores están lejos de ser simplemente mentiras,  pues como se dice,  “Ninguna Mentira carece de un buen grado de verdad”    y el desarrollo al revés o como lo denominara Guénon,  “Mico de Dios”  es una alternativa evidente y además según lo afirman sus seguidores da resultados tangibles.  

Luego entonces,  ese control riguroso e incesante,  hace referencia a seguir la  doctrina tradicional y la filosofía legitima de las organizaciones que contienen  esa "influencia espiritual",  de manera ortodoxa y conforme a los postulados que la verdadera tradición expone.    Por tanto las doctrinas y mitos que los nuevos “espiritualistas”  promulgan,  no tienen cabida en ella.

Recibid, QQ:.HH:., un TAF,
Nestor Mauricio Peña Torres
Aprendiz Masón

Resp:.L:.”ENSEÑANZA” N.12
Or:. de Bogotá (Colombia

Bogotá,  Junio 27 de 2002


[1] Se sugiere consultar a este respecto,  “Rene Guénon, el Ultimo Metafísico de Occidente”,  en la introducción del libro de Guénon “Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada”,  editado por “Paidos” en 1997,  escrita por el Armando Asti Vera,  quien también es el traductor del libro al español y quien es además autor de varios libros sobre metodología de la investigación científica y otros temas profanos y esotéricos.  

El libro no es fácil de conseguir en librerías,  pero se puede consultar en la biblioteca Luis Ángel Arango.

[2] Asunto del que la Masonería no tiene o no puede tener nada,  puesto que su filosofía como se explicara mas adelante,  es realmente tradicional.

[3] La Vida Simple de Rene Guénon – Paul Charcornac,  Pagina 72.

[4] Leo Taxil,  fue considerado como uno de los lideres de la France Antimasonic”.  

Un personaje que se destacó por una vida llena de escándalos,  estafas, plagios y mentiras. 

Fundó varios periódicos,  pero mediante su semanario anticlerical  denominado  “La Marotte”,  publicó infames libelos en contra del Papa,  lo cual le valió una condena de nueve años de cárcel.    Lamentablemente, también fue Masón y , mientras lo fue,  se destacó por publicar noticias difamantes que asociaban el clero a la pornografía.  

Sus hermanos de Logia,  entre ellos el celebre escritor Víctor Hugo,  logran hacerlo considerar indigno y lo hacen expulsar de las Logias.  

Su expulsión de la Masonería,  le ocasiona el fracaso de su industria editorial y para arreglar el asunto busca una alianza con los Jesuitas.  

Se confiesa y arrepiente públicamente de sus escritos en contra del clero y pone sus servicios de escritor y periodista a favor de ellos. 

Massimo Introvigne afirma con razón: "En pocos meses Taxil había puesto en manos de los católicos franceses un arsenal antimasónico completo".   

Sus obras ahora estaban sostenidas en básicamente tres argumentos:Masonería,  Satanismo y Pornografía.   En la confesión de sus mentiras en abril 19 de 1897 cínicamente afirmó "En mi confesión general al jesuita de Clamart me acusé de un asesinato imaginario. Yo os anuncio ahora otro crimen. He cometido un infanticidio. El paladismo, ahora, está muerto y bien muerto. Su padre acaba de asesinarlo".

En cuestión de 45 minutos, toda la literatura antimasónica y antisatanista de cinco años, voló en mil pedazos.

En la platea la confusión fue indescriptible, católicos irritados, franc-masones airados y librepensadores bromistas, reaccionaron como se esperaba de ellos, los primeros a golpes y los últimos aplaudiendo.”

[5] Guénon se caracterizó siempre por ser alguien  que jamás hablaba de si mismo y menos en sus obras.  De ahí lo muy difícil que resulta su biografía. 

Pero Charconac a través de los amigos de Guénon,  cita por ejemplo a un enigmático  personaje denominado Swami Narad Math,  quien le ayudo a escribir su celebre obra  “El Teosofismo – Historia de una pseudo religión”.  

Mediante el, conoció al esoterista y pintor alemán Bo Yin Râ como el único iniciado europeo del Teshu-Maru (Para entender de que se trata esta escuela se recomienda leer las obras: de Guénon”El rey del Mundo”,  de M. Ferdinand Ossendowski  la obra “Bestias,  Hombres y Dioses” y de Saint-Yves d´Alveydre la obra titulada Mission de l´Inde.  Años después de haber sido presentados,  en una de las pinturas de  Bo Yin Ra,  Guénon reconoce a unos de los jefes del Teshu-Maru.

[6] La Vida simple de Rene Guénon – Paul Charcornac,  pagina 30.

[7] En enero de 1913, la revista Le Symbolisme publicó una conferencia de René Guénon, pronunciada en la Logia Thebah, bajo el título de L ‘Enseignement Initiatique.

[8] Etudes Traditionnelles, junio de 1937, p. 234.

[9] La Vida Simple de René Guénon,  Paul Charconac,  Pagina 72.

[10] Al respecto se sugiere visitar la pagina,  CHARBONNEAU-LASSAY Y EL ESOTERISMO CATOLICO EN EL SIGLO XX,  en la dirección  http://usuarios.lycos.es/disidentes/arti44.htm

[11] Apercepciones sobre la iniciación – Rene Guenon,  Vía Iniciática y Vía mística,  pagina 10.    

Aunque la obra ha sido traducida así,  se aclara que la palabra apercepciones no existe en español y que la traducción correcta del término es: percepciones (Ugo Cascella,  Logia “Enseñanza” No.12,  Bogota, junio de 2002)